Tequila: una breve historia

02. El tequila comienza a surgir como categoría

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Siglo XIX

A principios del siglo XIX, las destilerías comenzaron a alejarse de las áreas rurales hacia el pueblo de Tequila (establecido en abril de 1530). A mediados de la década de 1800, los vinos de mezcal de Tequila comenzaron a ganar reconocimiento dentro de México como una industria formal, y comenzó a surgir una creciente identidad comercial.

La primera licencia de destilería comercial fue otorgada a José María Guadalupe de Cuervo en 1795 (seguida de la posterior apertura de la destilería de Don Cenobio Sauza en 1873). Tanto Sauza como Cuervo afirman ser los primeros en exportar el licor a los Estados Unidos, pero fuera de las disputas, estan de acuerdo que la introducción del tequila en Estados Unidos provocó un nuevo gusto global por el líquido en esta época. Sauza ganó medallas por su brandy de mezcal” en la Exposición Mundial Colombina en Chicago en 1893 y en la Feria Internacional de San Antonio de 1910. Estos elogios comenzaron a diferenciar al tequila de otros licores mexicanos, y resaltan una de las partes más interesantes de la historia del tequila: cómo el tequila, desde sus inicios, a través de su auge, caída y resurgimiento, siempre ha estado intrínsecamente ligado al comercio internacional y, específicamente, al comercio con EEUU.

FERIA MUNDIAL DE CHICAGO Don Cenobio Sauza causó sensación cuando su tequila fue servido en la Feria Mundial de Chicago en 1893.

La demanda creció en la década de 1870, especialmente en los Estados Unidos (en 1873, el 80% de las exportaciones de mezcal iban a Estados Unidos). Un mercado global emergente y la finalización del ferrocarril Guadalajara-Ciudad de México en 1888 permitieron transportar más fácilmente dentro de México, y la industria comenzó a buscar formas de producir más tequila de manera más eficiente. Los avances tecnológicos, como el uso de alambiques de cobre contemporáneos en lugar de alambiques de madera o arcilla, y los hornos de ladrillos a vapor (en lugar de hornos de pozo cónicos de leña), ayudaron a establecer el tequila como una categoría de bebidas espirituosas distinta, a diferencia de otros destilados de agave. Los informes de la época describieron esta categoría emergente como químicamente más pura y limpia gracias a la falta de un sabor ahumado (resultado del uso de hornos de vapor).

La Revolución Mexicana (1910 – 1920) fue una época de gran consolidación territorial, que tuvo un efecto negativo inmediato en la industria del tequila. En la localidad de Tequila, el porcentaje de productores se redujo en un 50%, y en Jalisco el número de productores disminuyó de 87 a 32. Luego, durante la Segunda Guerra Mundial, la demanda de tequila creció en América del Norte a medida que escaseaban las exportaciones de vinos y licores de Europa. Esto resultó en una adulteración generalizada del destilado para satisfacer la demanda. A este punto, fue necesario que el gobierno interviniera y comenzara a regular y proteger el destilado que emergía como un ícono nacional.

ALAMBIQUES DE COBRE Hoy en día, los alambiques de cobre han reemplazado a los alambiques de madera o arcilla en muchas destilerías de tequila.